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Dispensador personalizado: que tu cerveza destaque en cada barra

En Aplimet llevamos 20 años fabricando y diseñando dispensadores de cerveza. En este tiempo hemos aprendido a adaptarnos a las necesidades de los clientes y a los tiempos que corrían. Dado que el diseño es dependiente del momento y el contexto, la versatilidad es una de las claves que nos ha permitido dedicarnos dos décadas a hacer lo que hacemos.

Diseño y personalización

El diseño envuelve nuestro día a día. Prácticamente todo lo que vemos ha sido diseñado con algún fin: desde algo tan genérico como una ciudad hasta algo tan concreto como un bar o, aún más, un dispensador de cerveza.

Los diseños responden a distintas necesidades en función de lo que se quiera conseguir con ellos, pero cuando su objetivo final es explicar un relato concreto o una narrativa, el diseño debe dar un paso más y crearse específicamente para contar esa historia. Ese tipo de diseño es la personalización, y es a lo que nos dedicamos en Ideliq, la marca de Aplimet dedicada a retratar el alma de las marcas en sus dispensadores.

Los pilares del diseño

Si hablamos de diseño en un sentido amplio, podríamos fijarnos en cientos de aspectos muy concretos que juegan papeles importantes sobre el resultado. Sin embargo, vamos a centrarnos en 3 elementos que engloban gran parte del peso de cada diseño: el color, la forma y la semiótica.

El color

 

«Los colores, al igual que las facciones, cambian con las emociones». 
– Pablo Picasso.

El color ha sido un elemento que se ha estudiado a lo largo de la historia desde distintas perspectivas y disciplinas. Nos podemos poner rigurosos y empezar a hablar de tecnicismos relacionados con ondas de diferentes longitudes, pero el diseño, sobre todo en el personalizado de un dispensador de cerveza, se basa en las emociones.

Aunque, como apuntó Picasso, los colores cambian según quién y cómo los mire, hay ciertos consensos culturales que nos permiten hacernos una idea de las emociones que despertará cada pigmento en la mayoría de la gente. Los colores se acostumbran a dividir en tres grandes categorías: cálidos, fríos y neutros.

  • Cálidos: Fervor, pasión, emociones fuertes, esperanza. Los tonos cálidos son evocadores de energía y proactividad. Así, casan perfectamente con las narrativas que buscan hacer de la actividad física o la emocionalidad parte de su relato.
    En nuestro caso, un claro ejemplo sería el dispensador personalizado que creamos para Maneblusser, una cerveza belga con un divertido origen.
  • Fríos: Inmensidad, calma, infinitud, naturaleza. Los colores del mar, el cielo y los bosques nos evocan tranquilidad e inmensidad. Son colores serios, elegantes y que reflejan confianza.
    En Ideliq, uno de nuestros diseños de tonos fríos es el dispensador para la marca St. Bernardus. El azul oscuro evoca la dimensión de la cerveza, la antigüedad de su receta y la solemnidad de su origen.
  • Neutros: Seriedad, tranquilidad, equilibrio, misterio. El blanco, el negro y sus combinaciones —tonos de gris— nos evocan neutralidad, polivalencia y formalidad.
    Uno de nuestros diseños de este estilo es el dispensador que realizamos para Åbro, una marca de cerveza sueca cuya historia gira en torno a los valores escandinavos y la pureza del agua que usan en su receta.

La forma

«No puede haber contradicción entre lo bello y lo útil; el objeto posee belleza desde el momento en que su forma es expresión manifiesta de su función».
—Paul Souriau.

El eterno duelo entre la función y la forma: ¿qué es más importante? 

En un buen diseño, como apuntó Paul Soriau, función y forma nunca pueden ir por separado. No se puede renegar de la estética porque hay muchas maneras de adquirir un producto funcional cualquiera, así que es necesario destacar desde un punto de vista sensorial, conseguir despertar alguna emoción a través de un diseño; y parte de esas emociones se generan a través de la forma. Tampoco se puede renegar de la función, puesto que un producto con una estética rompedora, interesante, cautivadora y llamativa, si no funciona, no sirve de nada.

En cuestiones de figuras, la importancia no está ni en la sobriedad ni en el virtuosismo, sino en el equilibrio. La clave es darle a cada tirador la forma que su relato necesita. Los excesos, aunque puedan ser llamativos, no tienen por qué favorecer a la narrativa que una marca quiera explicar a través de su diseño. Un ejemplo claro de nuestro catálogo es el dispensador que realizamos para LA SAGRA, un cliente toledano que no necesita ostentar ni ser exuberante, puesto que su mayor valor es el rigor por seguir una gran receta tradicional y usar ingredientes y procesos naturales.

Por otra parte, hay clientes que necesitan cuidar cada detalle para contar una historia desde su estética. Usar la forma para favorecer ese relato es la clave que les hará destacar. Entre nuestros trabajos, un ejemplo sería el dispensador personalizado que realizamos para Coq Hardi, una cerveza con una historia estrechamente relacionada con la madera. Así, nos servimos de unas resinas especiales para conseguir una apariencia leñosa que explicase por sí sola ese importante detalle del relato de la cervecera belga.

La semiótica

«Una herramienta que, al ser correctamente aplicada, tiene un alcance comunicacional incalculable”.
—Maria Alejandra Wuetter

Aunque este sea un concepto con cierta complicación, vamos a resumirlo a lo que nos atañe en este artículo. La semiótica está directamente relacionada con el significado de los elementos y los símbolos que los representan. Por poner un ejemplo: sea cual sea la forma de un semáforo, si lo vemos en rojo sabemos que no debemos cruzar. Por tanto, el color rojo en un semáforo simboliza la prohibición de cruzar.

Estamos rodeados de símbolos que interpretamos, o no, constantemente. El significado que cobran los referentes está muy relacionado con el imaginario de cada cultura, por eso es difícil lograr un símbolo genérico que represente lo mismo para todos. Precisamente por este motivo, la semiótica y los referentes suponen un reto —difícil pero muy interesante— a la hora de diseñar y personalizar. 

En nuestro caso, dos ejemplos serían Tre Fontane o Grevensteiner.

  • Tre Fontane: En el mundo de la cerveza, el origen trapense está muy cotizado. Solo unas pocas marcas en el mundo tienen el certificado de autenticidad y la única cervecera italiana que disfruta de él es nuestro cliente. Por eso, evocar ese origen monacal y clásico era absolutamente fundamental. Así, el tirador representa uno de los arcos del monasterio del que surgió la cerveza, la Abbazia delle Tre Fontane.
  • Grevensteiner: Esta cerveza alemana ha pasado por 5 generaciones de la misma familia y va camino de cumplir los 200 años. Para asociar en un mismo elemento su origen —Alemania—, su antigüedad y su receta, desde Ideliq reinterpretamos el modelo de botella Steinie: clásico de la marca y demás cervezas de trigo alemanas el siglo pasado.

El personalizado y sus infinitas posibilidades

Tras este paseo por la superficie de lo que son el diseño y la personalización, queremos recalcar que las posibilidades en el diseño no tienen límite. Nunca existirá una historia que no pueda contarse a través del diseño y a eso nos dedicamos en Ideliq: a encontrar, comprender y retratar el alma de una marca cervecera en su tirador personalizado.

Te ayudamos a retratar el alma de tu marca en tu tirador a través del color, la forma, la semiótica y todos los elementos que implican el diseño emocional y la personalización. Así tendrás toda la esencia de tu marca en las barras de los locales con el fin de aumentar el sentimiento de pertenencia a la marca y los vínculos emocionales con sus consumidores. En definitiva, hacerlos más fans de la marca.

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Tipos de personalización

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